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Sistema de instrumentación Lightspeed


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RESUMEN

El sistema de instrumentación Lightspeed se basa en la utilización de unos instrumentos con un diseño muy particular. Tienen una parte activa corta, una punta no activa y un vástago fino, lo que reduce la tensión en el instrumento, evitando deformaciones del sistema de conductos. Este efecto se ve además favorecido por tener la parte activa una sección en U (Fig.1 y Fig.2), que determina la existencia de apoyos radiales que reducen hasta niveles ínfimos la tendencia a la deformación de las paredes. Estos instrumentos, fabricados en Ni-Ti, están diseñados para ser utilizados mediante un contraángulo, por rotación horaria, a una velocidad constante entre 750 y 2000 rpm. El Ni-Ti tiene, además de la conocida superelasticidad, una resistencia a la fatiga cíclica muy superior a la del acero inoxidable, lo cual es a priori muy favorable a la hora de utilizar instrumentos activados mediante un sistema mecánico. Los instrumentos se suministran de los tamaños 20 a 100, según la numeración ISO, con la salvedad de que utilizan números intermedios, concretamente desde el 22,5 hasta el 65 (las normas ISO pasan directamente del 60 al 70).

Son en conclusión instrumentos de diseño idéntico a los Canal Master U de Ni-Ti, con la salvedad de su uso en contraángulo. Seguidamente procederemos a la descripción de la técnica de utilización de los mismos, sin entrar en el juicio crítico del sistema.

 

Fig. 1. Características generales de Lightspeed Fig. 2. Lightspeed de nº 20 y 57,5

TÉCNICA CLÍNICA SECUENCIAL:

1. Seleccionar un diente, realizar la radiografía de diagnóstico, la apertura, localización de conductos y permeabilización de los mismos.

2. Determinar la longitud de trabajo (LT).

3. Introducir una lima tipo K del calibre 15 en el interior del conducto, hasta que encaje ligeramente en el interior del mismo.

4. Limar circunferencialmente con una lima tipo K del 15 a LT hasta que quede holgada en el interior del conducto.

5. Irrigar profusamente con hipoclorito de sodio. El conducto deberá estar inundado de líquido durante todo el proceso de instrumentación.

6. Coger el instrumento Lightspeed (LS) del 20, hacerlo girar a 2000 RPM, e introducirlo en el interior del conducto. Avanzar el instrumento ligeramente hacia apical (pero sin ejercer presión apical en el mismo). Por lo general el instrumento alcanzará la porción apical sin ninguna resistencia, o, a lo sumo, en el último milímetro. Repetir la operación con el 22.5, 25, etc.. Cuando sienta que un instrumento se traba en las paredes, hacer un movimiento de avance y retirada (avanzar 1 mm. y retroceder de 3 a 5 mm.), semejante al atacado de una amalgama (si bien sin realizar presión apical). Si se nota mucha resistencia, evitar hacer presión hacia apical, y volver al número anterior. No saltarse números en ningún caso.

7. Irrigar profusamente cada dos instrumentos. Puede ser recomendable alternar el hipoclorito de sodio con un agente quelante, tipo EDTA.

8. Proseguir la instrumentación hasta alcanzar el instrumento maestro apical (IMA) deseado (dependerá del conducto a tratar: anatomía, tamaño inicial, diagnóstico, ...). Para facilitar la comprensión, supondremos que el conducto tratado el IMA sería un 47,5 y la LT 21mm. En general, en la práctica, solemos instrumentar hasta llegar a un instrumento que notemos trabaja en las paredes del tercio apical del conducto (con el uso se llega a adquirir una sensación tactil que permite percibir ese detalle) (fig.3).

9. Hasta este punto hemos preparado un conducto cilíndrico, pero para poder obturarlo adecuadamente hace falta darle conicidad. Para ello usaremos un 50 a 20 mm. (LT-1), 52,5 a 19 (LT-2), 55 a 18, 57,5 a 17, 60 a 16, 65 a 15, y así hasta donde estimásemos oportuno. En general se recomienda ensanchar por lo menos 25 centésimas de milímetro más que el IMA (p.e., si el IMA era un 40, ensanchar hasta un 65; si era un 30, hasta un 55). Para dar conicidad, a nivel de los tercios medio y coronario, el uso de los LS puede complementarse con el uso de los trépanos de Gates-Glidden (fig. 4).

10. Irrigar profusamente cada 2 instrumentos.

11. Pasar de nuevo el IMA (47,5) a LT (21), para asegurar que el conducto está permeable en toda su longitud.

12. Irrigar de nuevo. Proseguir con la obturación del conducto.

Fig. 3. Ensanchamiento del conducto en la porción apical. El conducto adopta una forma cilíndrica, inadecuada para la obturación. Fig. 4. Mediante el paso de sucesivos instrumentos de más calibre y más cortos, se da conicidad al conducto.

NORMAS GENERALES A TENER EN CUENTA:

1. Aplicar una presión apical muy ligera.

2. Utilizar una velocidad entre 750 y 2000 RPM.

3. Mantener la RPM seleccionada constantemente.

4. Entrar en el conducto con el instrumento ya girando.

5. Utilizar un movimiento de avance-retirada cuando se encuentre resistencia.

6. Irrigar y mantener el conducto repleto de irrigante cada dos instrumentos.

Es importante evitar:

1. Saltarse números.

2. Forzar apicalmente el LS.

3. Mover el LS continuamente hacia apical cuando se note resistencia.

4. Instrumentar conductos secos o semisecos.

Es necesario pensar en los Lighspeed como unos ensanchadores, capaces de agrandar un espacio preexistente, en la medida que sean capaces de introducirse ligeramente en él. Si no hay vía de paso, carecen de capacidad para penetrar, y, por tanto, presionar sobre ellos es inútil, y a lo único a que puede llevarnos es a la fractura del instrumento. De ahí la importancia capital, en estos instrumentos, de no ejercer presión apical.

El mayor riesgo que entraña el uso del instrumental Lightspeed es el riesgo de fractura del instrumento en el interior del conducto. Si bien la experiencia clínica permite reducir hasta niveles muy bajos la incidencia de fractura de instrumentos, conviene tener en cuenta una serie de normas para limitar dicho riesgo:

  1. No utilizar más de 8 veces las limas pequeñas (hasta el 47,5) y 16 las grandes (del 50 al 100).
  2. Evitar ejercer presión apical ante un obstáculo.
  3. Volver a la lima anterior si existe alguna dificultad para la progresión apical del instrumento.
  4. Si persiste la dificultad para progresar con el instrumento, y ya se a pasado el número anterior, probar con otro instrumento del mismo número (en ocasiones hemos advertido problemas de calibrado del instrumental, pequeños pero relevantes de cara a la isntrumentación).
  5. Si al instrumento le cuesta progresar apicalmente y/o sospechamos la existencia de una curvatura importante, instrumentar manualmente el conducto (con limas Lightspeed).

Puede variarse ligeramente la técnica, haciendo una preparación de la porción coronaria previa a la preparación de la porción apical (técnica step-down).

La determinación del calibre apical máximo (lima maestra apical) dependerá de la filosofía del operador. No obstante, estos instrumentos nos pueden ayudar a determinarlo. Así, iríamos pasando sucesivos tamaños de instrumento, de forma relativamente rápida, hasta alcanzar uno que notásemos que actuase en el último milímetro apical. Seguiríamos entonces aumentando el calibre del instrumento, pero ya con precaución, mediante un movimiento de impulsión-tracción continuado, hasta llegar a un instrumento que trabajase en los tres milímetros más apicales del conducto (instrumento o lima maestra apical). Ello pretende compensar el hecho de que la sección de los conductos es, en gran parte de los casos, oval. El encaje de la lima en el último milímetro se produciría respecto al eje menor de la sección del conducto (Fig. 5), por lo que de dejar ahí la instrumentación, quedarían paredes sin limpiar (las situadas en el eje mayor de la sección). Tres milímetros más a coronal, el eje menor es ya equivalente al eje mayor del ápice, por lo que si la lima encaja bien ahí, también limpiará bien todas las paredes del milímetro apical (Fig.6). Acabada la instrumentación con la lima maestra apical, procederíamos entonces al step-back.

Fig. 5. Instrumento encajado en el milímetro apical del conducto. Si éste es de sección oval, el encaje del instrumento es respecto al eje menor, por lo que no estará trabajando en toda la circunferencia del conducto. Fig. 6. Instrumento encajado a tres milímetros del extremo apical. El diámetro menor en este punto (en caso de sección oval), se asemejará bastante al diámetro mayor del extremo apical. Si tomamos este instrumento como referencia, estaremos trabajando la totalidad de las paredes del extremo apical.

Las características de diseño de estos instrumentos los hacen extraordinariamente útiles para calibrar los conductos. La ausencia de conicidad nos permitirá en todo momento saber cual es el diámetro menor de la porción apical del conducto, así como determinar la existencia o no de un tope apical claro con determinado calibre de instrumento. Para ello pueden utilizarse los instrumentos manualmente. Este uso de los Lightspeed es útil cualquiera que sea la técnica que estemos utilizando.


Autores: Miguel Roig Cayón(1), Carlos Canalda Sahli(2), Esteban Brau Aguadé(2).

(1) Profesor Asociado de Patología y Terapéutica dental
(2) Catedrático de Patología y Terapéutica dental.

Facultad de Odontología. Universidad de Barcelona. España.

Correo: mroig@bellvitge.bvg.ub.es

Roig Cayón M, Canalda Sahli C, Brau Aguadé E. Sistema de instrumentación mecánico Lightspeed. Oper Dent Endod 1997; 1(3): 21


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